Ganadería

El elemento de la Dehesa con mayor potencial económico es la ganadería, practicada en la zona en su variante extensiva y con variedades de ganado porcino y ovino principalmente. Durante muchos años fue la única ocupación de la población de la zona, llegando ésta a convertirse, durante la Edad Media, en un territorio íntegramente controlado por los grandes ganaderos, especialmente la Mesta y las Órdenes Militares. Actualmente continúa siendo vital para el desarrollo sostenible de la comarca, y sus productos derivados, cárnicos y lanares principalmente, son la base de una industria autóctona.

Las enormes posibilidades que el entorno de la comarca daba al desarrollo de la ganadería fueron aprovechadas por las primeras culturas humanas asentadas en el territorio. Así, la ganadería fue la ocupación primordial de los pobladores prerromanos, y, con la llegada de los romanos a la zona, esta situación no hizo sino profundizar. En tiempos de los romanos, asistimos a un primer auge importante de la actividad ganadera, al estar interesados los nuevos colonizadores en potenciar esta actividad para conseguir recursos con los que abastecer a la gran urbe romana y a gran parte del nuevo Imperio. Junto a la lana otros productos procedentes de la explotación ganadera alcanzaron gran renombre en el mundo antiguo, como la carne de oveja y cerdo para el consumo humano.

El papel preponderante de la ganadería en la vida de la comarca no hará sino aumentar, y así vemos cómo Fuente Obejuna se convierte durante el siglo XIV en el centro lanero de Córdoba.

A lo largo de los siguientes siglos, la ganadería seguirá en continuo auge, siendo las principales especies la oveja y el cerdo, alimentados y mantenidos por las numerosas dehesas que se extienden por la comarca. La ganadería se convertirá en una forma de vida para los habitantes, con una serie de tradiciones y cultura que se harán propias del Alto Guadiato.

Así, por ejemplo, la matanza del cerdo en diciembre se convertirá en todo un acto social, en una tradición que ha perdurado hasta nuestros días. Otras tradiciones íntimamente unidas a la vida en la comarca son el esquilado de las ovejas, a finales de la primavera, o la continua interacción del hombre con su medio, a través de la vida del ganado en la dehesa y su permanente vigilancia y cuidado por parte de los pobladores.

La ganadería es uno de los más importantes motores de la actividad humana en el Alto Guadiato, y su papel económico se ve completado por la existencia de industrias derivadas en la comarca, como mataderos, fábricas de productos elaborados y una tradición secular que tiene en la gastronomía, con la gran importancia del cerdo ibérico y sus productos derivados, su mejor exponente y su más clara demostración.

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