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Último fin de semana de agosto.
El Castillo Medieval de Viandar, Se localiza sólo 500 metros al norte de la aldea belmezana de El Hoyo, sobre una elevación de 774 metros de altura conocida como Alto del Castillo del Hoyo, una de las últimas estribaciones de la llamada Sierra de los Santos, situada al norte y Occidente de El Hoyo. Desde ahí se posee un control visual excepcional, divisándose, además de la aldea de El Hoyo, las poblaciones de Peñarroya-Pueblonuevo y Belmez hacia el norte y este así como el embalse de Sierra Boyera y el curso del Guadiato. En el entorno del Alto del Castillo del Hoyo existen otras elevaciones aún superiores, sobre todo hacia el oeste, con cotas máximas como la del Maleto o Cerro de la Atalaya, de 877,8 metros, o la del Cerro de los Santos, de 818,5. Sin embargo, debió de escogerse este lugar por las condiciones más favorables de su cima y de su entorno para el asentamiento humano.
Hoy día sólo quedan de esta fortaleza, de planta rectangular rodeada de torres, algunos muros derruidos de mampostería y abundante material cerámico de clara adscripción islámica, destacando especialmente los restos de tejas. En cierto modo, la estructura y material de este castillo recuerdan al de Vioque, en Santa Eufemia, y al de Névalo, en Villaviciosa de Córdoba, pero a diferencia de éste último no se sabe si Viandar poseería alzados de tapial sobre la plataforma de piedra, aunque ello es muy probable, ya que se trata de una fortificación coetánea, pues, como se ha indicado, en ella se han apreciado cerámicas propias de época islámica.
Viandar es, como indica Antonio Arjona, un castillo citado por al-Idrisi con el nombre de Binadar o Benaidar en el camino de Córdoba a Badajoz, a una jornada de Dar al-Baqar (El Vacar) caminando de sur a norte, y a treinta millas de Córdoba. Está situado en el lugar denominado El Hoyo de Viandar, a 8 kilómetros de Belmez. Según Arjona, se trata probablemente de un castillo construido en época califal para defender los accesos a Córdoba por el Noroeste. Su nombre parece sugerir que estamos ante una fortificación eminentemente caminera, es decir, surgida al amparo de una importante vía de comunicación, aunque el topónimo Viandar puede tener otros orígenes que habría que estudiar más a fondo.
En opinión de A. Arjona y R. Córdoba, el castillo de Viandar pudo construirse en época califal para defender los accesos a Córdoba por el noroeste así como la región del curso alto del Guadiato. El castillo pudo pertenecer a la Cora de Córdoba y debió de ser vital para la protección de las comunicaciones de una amplia zona. En primer lugar, del camino de Badajoz, y por tanto del de Beja y Lisboa. Por otro lado, dominaba una amplia comarca por donde discurría el camino hacia la cuenca del Tajo, por Gafiq (Belalcázar) y Nafza (yacimiento de Vascos, Toledo). Pero al derrumbarse el Califato y andando los años y cesando el dominio por parte de Córdoba de toda una amplia zona vital para su seguridad, estos caminos perdieron importancia y por ello el castillo de Viandar se fue arruinando y suplantando por otro también muy estratégico situado a orillas del Guadiato: el castillo de Belmez, del cual el del Hoyo de Viandar ha devenido en una humilde aldea, existente ya quizás desde el siglo XV según recoge R. Córdoba (la primera mención documental de El Hoyo es del año 1493). También pudo influir tanto en el auge de esta fortaleza como en su caída la marcha paralela de las actividades minero-metalúrgicas del entorno, que sin ir más lejos estuvieron representadas por una explotación llevada a cabo en una de las faldas del castillo, de calcopirita aurífera, documentada ya desde la época romana, como ha recogido J. García Romero.
El castillo de Viandar quedó, pues, olvidado y así, al cerro de 760 metros que domina un amplio panorama y que está situado 1 kilómetro al este de El Hoyo, se le conoce sólo por Cerro del Castillo, no recordándose el antiguo nombre de la fortaleza, antaño una de las más importantes y conocidas de la zona. Es indudable que esto ocurrió después de la segunda mitad del siglo XIV, pues en el Libro de la Montería de Alfonso XI el castillo de Viandar aún aparece citado.
Del que fuera castillo destinado a asegurar la tranquilidad de una amplia zona de los valles y sierras de la cabecera del Guadiato, sólo quedan unos derruidos muros de mampostería de perfectas hiladas ejecutadas con extraordinario esmero, lo que según Arjona constituye un exponente de una técnica constructiva propia del período califal. Abundan en sus alrededores multitud de fragmentos cerámicos de tipología musulmana, que apoyan sin duda la hipótesis de su construcción. Por último es preciso señalar que el camino que pasa por hisn Binadar marchaba después hacia Azuaga (Zuwaga) por Doña Rama, El Hoyo y Fuente Obejuna, siguiendo el mismo recorrido que la antigua vía romana -la yadda como le llamó Ibn Hawqal-, vía romana de Corduba a Emerita que pasaba por Mellaria (Cerro Masatrigo, en las cercanías de Fuente Obejuna).
Último fin de semana de agosto.